# Transición epitelio-mesénquima (EMT)
La transición epitelio-mesénquima (EMT) es el proceso por el cual una célula epitelial adquiere un fenotipo mesenquimal. Es un proceso morfogenético de varias fases en el que se producen cambios que incluyen la pérdida de la polaridad celular y la adherencia con otras células, la adquisición de capacidad migratoria e invasora, la resistencia a la apoptosis y una mayor producción de proteínas de la matriz extracelular.
La EMT es esencial durante el desarrollo embrionario, entre otros motivos porque permite la migración de las células de la cresta neural (células multipotentes que se diferencian en diversos tipos celulares: neuronas y células de la glía, miocitos, condrocitos, etc.). En el adulto, la EMT participa en procesos como la cicatrización y la fibrosis (formación excesiva de tejido conectivo fibroso en un órgano o tejido, producida por un proceso inflamatorio crónico), pero también interviene en procesos patológicos como el cáncer, donde permite la progresión de tumores primarios hacia tumores metastásicos.
La transición epitelio-mesénquima es un proceso de transdiferenciación de las células epiteliales por el que adquieren la habilidad de ser invasivas, resistir el estrés y diseminarse. Normalmente estas células son inmóviles y están estrechamente enlazadas con la lámina basal, pero con la EMT adquieren un fenotipo mesenquimático. El programa es muy complejo y están implicados factores de transcripción como Snail, Zeb1, Twist o Slug, que inducen esta transición (aunque aún debe determinarse cuál es el papel de cada uno de ellos a la hora de coreografiar los distintos programas de EMT).

La EMT no es suficiente para que una célula neoplásica pueda espontáneamente realizar metástasis e invadir nuevos tejidos, pero se la considera un interruptor muy importante en el proceso porque otorga a estas células originalmente no invasivas la capacidad de infiltrarse en los tejidos circundantes y promover la progresión del tumor primario hacia uno metastásico. De hecho, en realidad el proceso de EMT es gradual y hay un espectro de estados intermedios; la transición de un estado a otro estaría determinada por los factores de crecimiento y las vías de señalización implicadas. Incluso, parece que las células que están en un estado intermedio (EMT parcial) serían más eficientes a la hora de desarrollar metástasis. También se ha comprobado que, en algún punto de la diseminación, las células pasarían por un proceso de MET y recuperarían algunas características que habrían perdido durante el paso a un estado más mesenquimático, reafirmando la importancia del estado intermedio.

De hecho, el proceso de EMT es gradual y parece que un estado intermedio (EMT parcial) tendría mayor eficacia para desarrollar metástasis (más información aquí).
Aunque la transición de un fenotipo a otro se inicia principalmente por acción de factores de crecimiento, los patógenos intracelulares como virus y bacterias también pueden inducir el proceso de EMT mediante la activación de vías moleculares inductoras de este proceso. Es por esto que algunas infecciones bacterianas y víricas pueden causar predisposición al desarrollo de neoplasias.
Para saber más:
- Transición epitelio mesénquima: de lo molecular a lo fisiológico. Universitas Médica 58 (2017).
- Transición epitelio-mesénquima y migración celular en células de la cresta neural y células metastásicas de carcinomas. Revisión de la literatura. Univ Med 57, 83-107 (2016).
- Transición epitelio-mesénquima inducida por virus. Acta Biológica Colombiana 26, 105-115 (2021).